La noche de San Juan transcurrió con normalidad y la diversión se sucedió por todos los municipios
Cuenta la leyenda que los ancestros,
la noche previa a San Juan, bailaban y saltaban alrededor del fuego para
purificarse y protegerse de influencias demoníacas y asegurar así el
renacimiento del sol. La celebración del solsticio de verano es tan
antigua como la misma humanidad. En un principio se creía que el sol no
volvería a su esplendor total, pues después de esta fecha, los días eran
cada vez más cortos. Por esta razón, fogatas y ritos de fuego de toda
clase se inician en la víspera del pleno verano, para simbolizar el
poder del astro rey y ayudarle a renovar su energía.
Sea cual sea el motivo, ayer, entorno al fuego, miles de
personas bailaron y saltaron alrededor de las hogueras de San Juan que, a
lo largo y ancho de la geografía vizcaina, calentaron el ambiente de la
noche más corta del año, pero no por eso, la menos intensa.
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