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jueves, 30 de junio de 2011

Conflicto laboral en Metro Bilbao

El día a día: "Toca ir otra vez apretados"

VIAJAR como sardinas en lata y llegar más tarde de lo habitual al trabajo por los retrasos en el metro se ha convertido en el pan nuestro de cada día para miles de vizcainos. Si no es por los paros de los trabajadores que reclaman a la dirección una ampliación de la plantilla según lo pactado, es por las múltiples averías que desde hace meses se producen. Lo cierto es que los enfados y mosqueos son cada día más habituales en el suburbano: "Hoy toca otra 
 vez ir apretados. ¡Qué horror!", decía Ana Martínez, usuaria habitual del metro. Y es que ayer los ciudadanos volvieron a vivir otra vez -y van ocho- otra situación caótica en el transporte metropolitano, quizás motivada por que ha habido menos unidades circulando.
 
Las posturas entre empresa y trabajadores están cada día más alejadas. Cada uno defiende sus intereses y hace prevalecer su razón. Mientras tanto, los usuarios siguen sufriendo cada semana las consecuencias de un desencuentro que toca ya a su mes y medio de conflicto laboral. Trenes abarrotados, andenes a rebosar y retrasos que llegaron a superar los veinte minutos. Ayer, los trabajadores volvían a parar para solicitar a la dirección de Metro para denunciar " la política de recortes sindicales y laborales". Con una conflicto enquistado, el octavo paro en el metro alcanzaba ayer por la mañana su mayor incidencia de cara al usuario desde que se iniciara el conflicto.

El paro de dos horas -5.45-7.45- dejaba largas esperas en los andenes y trenes más abarrotados que en paros anteriores. El motivo, al parecer, se debe a un descenso en los servicios mínimos con respecto a las siete protestas anteriores del 40% al 30%. "A pesar de que el paro ha durado una hora menos que en otras ocasiones, hoy se ha creado más incidencia que en otras ocasiones", aseguran fuentes sindicales. En este sentido, los sindicatos calificaron de "éxito" la jornada y explicaron que circularon alrededor del 35% de los convoyes frente al 55% del pasado jueves. Por su parte, la dirección de Metro indicó que fueron alrededor del 48% los convoyes que circularon durante las horas de huelga.

Según el comité de huelga, integrado por ELA, LAB, UGT, CIM y ESK, la jornada de paros volvió a tener "un seguimiento muy importante". De este modo, el seguimiento de las movilizaciones dentro de los conductores rondó el 95%. Así, las frecuencias rondaron la media de los 10 minutos en el tronco común y se alargaron hasta casi los 20 en dirección a Santurtzi y Getxo.

La bajada en el número de trenes considerados imprescindibles sorprendió ayer tanto a la dirección como a los sindicatos. Las centrales habían denunciado que poner en marcha el 40% de los convoyes era "excesivo".

Algunas fuentes apuntan a que el Gobierno vasco decidió reducir en un 10% la cuota asignada al entender que el plante de los operarios no entraba de lleno en hora punta y que se iba a desarrollar durante 120 minutos. "En las estaciones ha habido más paros que otras veces; y en el colectivo de conductores, un respaldo parecido", afirman desde el comité de empresa.

Si el conflicto no se desbloquea, el próximo miércoles los trabajadores de metro volverán a parar y a los usuarios les tocará viajar una vez más como sardinas en lata. "¿Tan difícil es poner fin a este problema?", se preguntaba Ana.

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