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lunes, 27 de junio de 2011

REFORMA DE 4º DE LA ESO


Reforma de 4º de la ESO 'made in Euskadi'

La mayoría sindical reclama a Isabel Celaá que inicie un debate propio sobre la reforma del ministro Ángel Gabilondo del último curso de la ESO, que abrirá una rama hacia el Bachillerato y otra a la FP

La mayoría sindical de la escuela pública vasca observa con incredulidad la inacción del Departamento de Educación ante la reforma de 4º de la ESO que plantea el ministro del Ejecutivo español Ángel Gabilondo con el objetivo de reducir las sonrojantes cifras de abandono escolar en el Estado. La nueva normativa, cuya aprobación está prevista para este verano, convertirá el último año de la educación obligatoria en un curso puente hacia el Bachillerato y, por primera vez, hacia la Formación Profesional.
El borrador recoge que los estudiantes de 15 años podrán estudiar tres ramas: Humanidades, Científico-Técnico y preparación para la Formación Profesional. Este aspecto ha soliviantado a las asociaciones de padres y madres del Estado que temen que algunos institutos puedan separar al alumnado según sus capacidades, dirigiendo a los más aplicados a la rama de Bachillerato y hacia la FP a quienes apuntan al fracaso escolar.

En las últimas fechas, la Confederación de Padres y Madres de la Escuela Pública Vasca ha mantenido varias reuniones con la Asociación de Directores de Institutos de Euskadi (BIHE) para conocer de primera mano el alcance de la reforma y disipar las sombras sobre la posible segregación del alumnado en función de sus resultados académicos. Por el momento, EHIGE no tiene una postura oficial respecto de los planes del Ministerio hasta que no se apruebe definitivamente la nueva normativa.
Quienes sí han hecho pública su opinión son los sindicatos mayoritarios LAB y STEE-EILAS, que consideran que el Gobierno vasco debería hacer valer sus competencias en materia de Educación y no dejar el futuro de los escolares vascos al albur de las necesidades del Estado, puesto que la realidad educativa de Euskadi y España devuelve imágenes abismalmente opuestas en cuanto al objetivo que motiva esta reforma, el fracaso escolar.

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