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martes, 21 de junio de 2011

NIÑOS DE CHÉRNOBIL.

Ayer llegaron los niños y niñas de chérnobil a nuestra comunidad.
EN TOTAL SON  UN TOTAL DE 374 NIÑOS Y NIÑAS QUE VAN A SER ACOGIDOS DURANTE LOS DOS PRÓXIMOS MESES ESTIVALES EN FAMILIAS VASCAS.
eSTO ES DEBIDO A DOS ASOCIACIONES QUE POSIBILITAN SU TRASLADO. DURANTE ESTE TIEMPO LA SALUD DE ESTAS NIÑAS Y NIÑOS MEJORARÁ GRACIAS A LA ALIMENTACIÓN, TIEMPO Y LA AFECTIVIDAD RECIBIDA.
SEGÚN LOS RESPONSABLES:

"Nos dejan mucho más de lo que les damos"


Un cuarto de siglo después  de la tragedia de la Central Nuclear, las familias vascas  acogen a niñas y niños procedentes de Chernóbil durante estos dos próximos meses de verano. Ayer fue el día del encuentro por primera vez para algunos de estos chavales, y del reencuentro para la mayoría. En grupos distintos pero unidos por un mismo sentimiento, 374 chicos y chicas aterrizaron ayer en tierras vascas para ganar en salud y en experiencia vital.
Uno de ellos, el más numeroso (265), llegó gracias al trabajo de la Asociación Chernóbil; el otro, algo más reducido (109), del colectivo Chernobileko Umeak. En ambos casos, la sensación entre las familias de acogida es que "nos dejan mucho más de lo que les damos", tal y como explicaba a este periódico Lide Álvarez, voluntaria de la primera de estas agrupaciones.
Y así queda demostrado en los gestos de cariño y afecto exhibidos por unos y otros en el aeropuerto. "Aquí tienen una segunda familia. Todo ese cariño que reciben también lo dan ellos", insistía la integrante de la Asociación Chernóbil. Los abrazos y besos por doquier repartidos ayer con entusiasmo así lo confirmaban. La mayoría de las niñas y niños (con edades entre 5 y 17 años) traídos por este colectivo eranrepetidores, pero esta circunstancia no restó emotividad al reencuentro.
"No hay más que ver las caras. Este reencuentro es muy esperado durante todo el año", resumía Álvarez. Los dos próximos meses serán esenciales para que todos estos chavales ganen en calidad de vida gracias a una alimentación más equilibrada, las revisiones sanitarias, un aire más limpio y, también, al cariño de la familia de acogida.
"Lo principal es la salud y la mejora es evidente desde el primer momento: cogen peso, color y pueden afrontar mucho mejor el invierno", describía esta voluntaria. Por ejemplo, las habituales gripes no les dejan ya quince días en casa o en el hospital porque durante su permanencia en Euskadi se han embolsado defensas suficientes para poder resistir y seguir yendo a la escuela o jugando.
"Nosotros les podemos aportar esos dos meses de salud, alimentación y cariño, mucho cariño; y ellos nos enseñan otras muchas cosas".
El objetivo del viaje es que puedan mejorar su salud, pero "año tras año comprobamos que la evolución es integral" para todas estas chicas y chicos que viven en la zona de influencia de Chernóbil, en Irpen e Ivankiv, en la región de Kiev, a 30 kilómetros de la zona cero. De la misma opinión era Enrique Angulo (integrante de Chernobileko Umeak), quien además se congratulaba porque la generosidad de las familias vascas ha permitido este año sumar 28 niños nuevos a su programa de acogida. En el caso de la Asociación Chernóbil, también han registrado este verano un incremento en la cifra de chavales, en concreto, cuatro más que en la campaña del año pasado.

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