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martes, 28 de junio de 2011

DESAPARECE LA OLA DE CALOR

Bajonazo de 17º en 24 horas

La entrada de vientos de componente norte suavizará hoy las temperaturas en Euskadi, al menos hasta finales de semana
La primera ola de calor del verano se despidió ayer con fuertes tormentas.

La corta pero intensa ola de calor africano que ha deshabitado en los últimos días calles y plazas gracias a sus temperaturas por encima incluso de los 41 grados centígrados será relevada, en un principio desde hoy y hasta finales de semana, por una también breve temporada de lluvias, tiempo inestable y viento 
 de componente norte que ayudarán a suavizar las máximas y mínimas en la Comunidad Autónoma Vasca. 
 
 Esta dulcificación de los termómetros supondrá, anunciaban los responsables de la Agencia Vasca de Meteorología-Euskalmet, la vertiginosa caída de los mercurios hasta en 17 grados centígrados durante las próximas horas. Este importante altibajo en los registros tiene su origen en la entrada de una masa de aire frío desde las islas británicas que, desde ayer a la tarde, pudo sentirse ya en la geografía vasca.

De hecho, la zona costera permaneció (entre las dos y las ocho de la tarde) en alerta amarilla por riesgo de galerna, aunque finalmente, este temido fenómeno meteorológico adverso no se acercó con la virulencia esperada a la cornisa vizcaina. En cualquier caso, en playas como la de Bakio y La Arena (Muskiz y Zierbena) se advirtió por megafonía a los bañistas del peligro que supone un hecho de estas características.

Los pronósticos de la Dirección de Atención de Emergencias y Meteorología del Gobierno vasco apuntaban a un cambio brusco en la dirección del viento en el litoral, de sur a noroeste. "En ese giro, es probable que las rachas de viento oscilen entre los setenta y los ochenta kilómetros por hora en la costa, donde es probable que se produzca un descenso brusco de la temperatura", describían.

Afortunadamente, la tempestad se transformó en severos episodios tormentosos, súbitos y desapacibles, que estuvieron acompañados por un vistoso aparato eléctrico que culebreó fortuitamente en los cielos vascos durante toda la tarde y buena parte de la noche. Esos intermitentes chaparrones estuvieron provocados por el penetrante calor que, ayer también, disparó los mercurios hasta los cuarenta grados centígrados (40,4º) en localidades como Balmaseda.

Ese bochorno veraniego ha sido el causante de la aparición de nubes de evolución que ayer descargaron agua en forma de tormenta que fueron mitigándose a lo largo de la madrugada de hoy. De hecho, el riesgo de que durante esta jornada puedan volverse a producir estos aguaceros es prácticamente nulo ya que la entrada de una masa de aire del norte cubrirá el firmamento y dejará precipitaciones de carácter débil que, eso sí, podrían ganar en intensidad a medida que avance la tarde, "especialmente en la costa", describían desde la Agencia Vasca de Meteorología.

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